Este año es el de la celebración de los 50 años de camino en
la fe evangélica de la Misión de San Pablo, de la IEE, en Almuñecar; y el sábado 22
de Junio fue un día central, un día más especial, si cabe, dentro de la fiesta
del cincuentenario.
Una reunión en la que alabamos, oramos, recibimos el mensaje
de la Palabra de manos del pastor Israel Flores y todos colaboramos con nuestro
granito de arena en un culto atípico de acción de gracias, pero muy lleno de la
Presencia Divina en todos los que tuvimos la bendición de compartirlo.
Nuestros hermanos de la Iglesia de Granada nos acompañaron y
parte de ellos nos deleitaron, como es su costumbre, con cantos de alabanza
dirigidos por la maestría y buen hacer de la pastora Eva.
Tuvimos también una bendición añadida, pues nos visitó una delegación
de nuestros hermanos en la fe de la iglesia Centro Familiar Cristiano de Almuñecar; y desde el Centro Ecuménico Mixto (CEM) de Canals, Valencia, presidido por mosén
Emili Salvador, arcipreste de la comarca de Xátiva, aunque no nos pudieron
acompañar personalmente, nos enviaron un regalo para la Misión.
La emoción fue grande pues el pastor Israel nos sorprendió
con una presentación cronológica de aquellos valientes pioneros que desafiaron
adversidades e incluso persecución.
Elvira, una auténtica pionera de la fe evangélica que sigue
congregándose con la misma ilusión y alegría con que lo hacía hace 50 años, testigo
de entonces que aún sigue fiel y firme; Eli, su hija; Carmen, su nuera; nuestra
querida Marilín y la que escribe; junto con los niños Robert, Isaí, Milca y
Lizzy, añadieron su granito de arena, con una combinación de citas
bíblicas y alabanzas que contagiaron a todos los presentes y terminamos cantando unidos.
Tuvimos, en fin, una reunión en la que vivimos plenamente el
ayer y el hoy de la Misión en el siempre de Dios.
Y como no hay fiesta sin comida, también nosotros, como va
siendo tradición, tuvimos una comida de hermandad en la que no faltaba nada, y
en la que el ingrediente que sobresalía por encima de todos era el amor.
Rosa M. Alventosa